LOS ABUELOS LOS TODO TERRENIO DE LA FAMILIA

http://www.nortecastilla.es/20091110/opinion/olvidemos-todoterreno-familia-20091110.html



No olvidemos a los todoterreno de la familia
10.11.09 - JERÓNIMO GALLEGO




Nada conduce decir después del funeral: «¡Qué maravillosa era la abuela!» E s fácil verlos a cualquier hora del día, empujando las sillas de los bebés o de la mano de los mayorcitos que ya van al colegio; nuestros mayores, los incansables abuelos, esos todoterreno que generosamente han aceptado la inacabable y agotadora tarea de echar una mano, las dos manos y las fuerzas que les quedan para colaborar al cuidado de los niños…
He recibido una carta en la que una «Es verdad -me dice- que los hijos son las principales víctimas de la separación de los padres, pero ¿se acuerda alguien de los abuelos que en esa misma separación corremos el peligro de quedarnos sin nietos, teniendo que verles a veces a escondidas, sabiendo que el padre o la madre hacen todo lo posible para quitarnos su cariño, y si les fuera posible quitándonos la posibilidad de verlos?»
El planteamiento que hace esta abuela constituye, afortunadamente, una excepción. Yo creo que la inmensa mayoría de los esposos que viven una situación conflictiva no intentan nada para impedir la comunicación de los hijos con sus abuelos y, desde luego, pienso que son excepcionales los casos en los que se hace algo para que los niños dejen de respetar a los que han conocido como padres de sus padres, que son cada uno de ellos -en acertada imagen del poeta Rafael Velasco- «dos veces padre, dos veces madre». Y tengo el convencimiento de que los abuelos tienen reservado un papel excepcional en la ayuda constante a la familia de sus hijos y también en ese difícil camino de los días que siguen a la sentencia de separación o de divorcio.
Contestando a mi interpelante la informo que, desde finales deL 2003, incluso la ley se ha acordado de los abuelos introduciendo la posibilidad de que los cónyuges en litigio propongan un régimen de visitas y comunicación nietos/abuelos, que el juez aprobará si lo considera beneficioso para los menores y si los 'mayores' aceptan (que siempre dicen que sí). Yo me atrevo a afirmar que en la mayoría de los convenios reguladores, y desde luego en la práctica, tanto el marido como la mujer aceptan de buen grado la presencia y la actividad de los abuelos, los cuales liberan a los progenitores de buena parte de las tareas diarias: conducción al colegio y la vuelta a casa, paseos de los pequeñines y el mercado diario: eso que permite calificarles como todoterreno dentro de la familia. También es cierto, como dice mi corresponsal en su carta, que hay casos -que yo califico de aislados- en los que el enfrentamiento abuela-nuera pasa por encima del interés de los nietos y origina conflictos a veces insalvables, pero estas situaciones suelen ser anteriores incluso a la separación o divorcio de los esposos, y cuya única solución es que se produzca un derroche de generosidad y de amor a los niños, así como pensar en que el bien y la felicidad de los descendientes deberá presidir todas las actuaciones de cuantos fueron parte en la familia antes de romperse.