UN ARTICULO DE JOSÉ MARIA ECHEVARRIA Y LA SAGACIDAD DE LOS ABUELOS

Los abuelos también educan
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JOSÉ MARÍA ECHEVARRÍA

Me divertí mientras una de mis hermanas me contaba los trajines con su nieta María una tarde en que tuvo que cuidarla. Se trataba de que hiciese las tareas escolares ante de volver a jugar. Aquello era una especie de lucha en la que las argucias de la nieta fracasaban ante la sagacidad de la abuela -baba en el lenguaje infantil-, aunque en algún momento la cría sobrepasase a la abuela encontrando más rápidamente una palabra que empezase con ble. "Baba, ¡bledo! ¿No se dice me importa un bledo?". Cuando llegó el momento de leer, María apareció con su libro de cuentos preferido y empezó a releer la historia de los tres cerditos hasta que la baba, que no estaba en Babia, se dio cuenta de que leía de corrido, porque se lo sabe de memoria, y optó por el libro de las fábulas, y ahí empezaron los sudores de la chiquilla tratando de conjuntar las sílabas y los sintagmas que no le sonaban tanto. Claro, que luego tenía el premio de la sabrosa explicación que la baba hacía de la moraleja. En estos días previos a la anunciada huelga he leído cosas chocantes. Por un lado, se calcula que la mitad de los abuelos cuidan unas seis horas diarias a sus nietos; por otro lado, que alguien había pedido que también los abuelos ese día hiciesen huelga, es decir que no cuidasen a los nietos. ¿Qué sería de la infancia actual si los abuelos no atendiesen a los nietos?